La figura del trabajador de los centros de día: un perfíl imprescindible

22 mayo, 2017

Llevar a un familiar a un centro de día significa que estará atendido y que recibirá los cuidados y tratamientos adecuados durante su estancia en dicho centro. Recibir estos cuidados significa también, que hay profesionales encargados de los usuarios de los centros y que estos profesionales que todos conocemos y en los que depositamos nuestra confianza poseen un perfil determinado.

Una de las figuras imprescindibles en los centros de día es la de los trabajadores sociales que cada día, ayudan y tratan a nuestros mayores dependientes. La preparación de estos profesionales con los que sus usuarios están en contacto a diario, pasa por el desarrollo y ejecución de tareas de muchos tipos. Ser capaces de prestar apoyo físico y psicológico no son las únicas habilidades que los trabajadores sociales de los centros de día practican a diario.

El trabajo en equipo es otra de las capacidades que han de tener para poder desempeñar su profesión. Forman parte un equipo compuesto por profesionales de la medicina, psicólogos o enfermeros, entre otros, y trabajar en equipo significa que se dispone de la flexibilidad necesaria y de la facultad de trabajar bajo presión.

El trabajo con personas dependientes necesita de toda una serie de características personales que no son necesariamente, fáciles de encontrar en profesionales de otros sectores. Así, entre las cualidades personales que los centros de día buscan en sus trabajadores, la capacidad para escuchar y la empatía, la capacidad para comunicarse de forma clara y la habilidad para identificar y comprender situaciones complejas que requieren un trato especializado, son muy tenidas en cuenta.

La actitud correcta

Sin embargo, un entorno como el de los centros de día, en el que sus usuarios presentan unas necesidades muy concretas y demandan con la misma intensidad tanto el apoyo físico como el psicológico, requiere de unos profesionales cuya actitud sea positiva y capaz de tomar decisiones en situaciones difíciles. Los trabajadores sociales son necesariamente observadores y comprensivos, amables y buenos gestores del tiempo. Sin embargo, muchas veces deben contar también con las cualidades que se les pide a quienes desarrollan tareas administrativas. De esta manera, a las facultades más humanas han de añadir otras de carácter más práctico.

La redacción de informes, una buena expresión escrita o incluso, estar en posesión del carnet de conducir son, a veces, requisito indispensable. Es este compendio de características lo que nos hace confiar en los cuidados y servicios que componen la oferta de los centros de día donde llevamos a nuestros familiares. No podría ni debería ser de otra forma cuando se trata del bienestar de nuestros mayores.

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